Sábado, 28 Diciembre 2013 15:11

Cuando pierdas el miedo, empezarás a disfrutar

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La otra vez explicamos qué pasaba con la rigidez de un movimiento durante el aprendizaje. Pero, ¿cuál es la razón por la que cuando guanteamos por primera vez  tenemos la sensación de que no hemos aprendido nada?  Llevamos meses entrenando la técnica en el espejo, saco y haciendo ejercicios de parejas, hemos hecho ejercicios de esquivas y sombra… todo eso lo dominamos, hacemos los movimientos fluidos y de manera correcta. ¿Por qué entonces vemos esos braceos y cosas raras en el ring?

Boxing-photoLa razón es diferente a la del aprendizaje o automatización de un movimiento, esta vez tenemos que adaptar todo lo que hemos aprendido, poder adaptarnos a las situaciones cambiantes de un combate. La base ya la tenemos, la mayoría de ejercicios de parejas son aplicables al combate, pero por mucho que lo intentamos, no nos sale, ¿verdad?

 Lo más importante es trabajar la percepción, pero para poder llegar a nuestro máximo nivel necesitamos estar en un estado mental o de activación adecuado, lo que llaman ‘estar en la zona’,  esto es,  ni muy activado o ansioso, ni excesivamente relajado. Cada persona tiene un nivel de activación adecuado, esto lo tendrá que ir entrenando cada uno por su cuenta, con diferentes técnicas de relajación o de motivación.

El segundo factor que debemos controlar como entrenadores es la intensidad del combate, cuanto mayor sea esta intensidad, más dificultará la percepción de estímulos. La velocidad que tenga el oponente  modificarán los niveles de ansiedad del boxeador principiante. El boxeador que quiera empezar guantear además de tener una buena base de meses de entrenamiento, debería de empezar a guantear a cámara lenta, para que exista esa transferencia de lo aprendido al combate. Poco a poco podremos ir aumentando la intensidad o velocidad de los golpes, siempre que él se encuentre cómodo. En el momento que veamos que se agobia o se bloquea, debemos de bajar la intensidad de los golpes o dejarle descansar  y relajarse, ver que no ha sucedido nada. Una vez que esté otra vez en ‘la zona’, continuamos con el guanteo y cada cierto tiempo metemos cambios de intensidad muy pequeños. Lo ideal es que el ‘novato’ entrene con un veterano que sepa mantener el control del combate durante todo el tiempo, ya que si lo hacemos entre dos novatos, hay demasiado riesgo, pueden entrar en conflicto factores como el orgullo, respuestas involuntarias debido al estrés etc…pudiendo generar un accidente o una situación de tensión.

De esta manera el cerebro se adaptará a esas situaciones  de estrés. Con el paso de los días y de las sesiones de guanteo estaremos más relajados ante situaciones de mayor intensidad y velocidad, además de percibir mejor los estímulos. En otras palabras, cuanto más estresados estamos, menos vemos, no somos capaces de percibir los estímulos a esa velocidad,  el cerebro lo interpreta como una situación demasiado estresante y nos da dos opciones: contraatacar por supervivencia  (siempre que sepas cómo hacerlo) o huir (en este caso, quedarse bloqueado en una esquina, ya que del ring no se puede salir)

Esta razón es evolutiva, hace millones de años, el ser humano o huía o luchaba contra el animal que amenazaba su existencia, el causante de esta reacción de estrés es la amígdala. Tan sólo tenemos que ‘enseñarle’ a nuestro cerebro que no estamos ante un león, que solo se trata de una sesión de guanteo y que cuanto más nos dejemos llevar por esa sensación, peor lo haremos. Por esta misma razón vemos a profesionales que ante ciertos rivales se bloquean y les pasa lo mismo, la velocidad o intensidad del rival lo anula, no sabe cómo responder a sus ataques o se ve impotente, se bloquea… Hasta a veces incluso también bracean y hacen cosas raras debido al estrés del combate.

A medida que nos vayamos adaptando a percibir estímulos de mayor velocidad, nuestro tiempo de reacción entre estímulos y acciones nuestras se acortará cada vez más. Nos sorprenderemos de lo que somos capaces de hacer, como me dijo mi entrenador en una de mis primeras sesiones de guanteo, nos sentiremos cómodos entre esa lluvia de guantes.  Me gustaría recordar que los aprendizajes y las adaptaciones se consolidan con el sueño y llevan su tiempo, asique a veces es mejor hacer 1 o 2 asaltos bien echos y salir contento, que hacer 10 sufriendo. A veces más no es mejor.

“No te preocupes, llegará un día en que estés como en el sofá de tu casa, sin pensar, solo sentir, así es como hay que boxear.”

(Luis Suárez)

 

Y si no, que se lo digan al señor Whitaker.

 

 

Después de la cantidad de golpes que le esquiva a De La Hoya este podría cabrearse y dejarse apoderar por las emociones, pero simplemente sonríe por lo que le acaban de hacer. Lo mismo pasa cuando otros encajan un golpe y se ríen, es un deporte que se trata de golpear y no ser golpeado, no de matar a tu rival, por eso disfrutan con las acciones del rival, de la táctica o engaños que hay detrás de cada cruce de golpes, quién es el más listo y el más rápido.

"Aquellos que fueron vistos bailando, fueron considerados locos por quienes no podían escuchar la música." (Nietzsche)
Visto 12257 veces Modificado por última vez en Jueves, 23 Enero 2014 17:48
Darío Gerpe

FORMACIÓN
- Estudiante de Ciencias del Deporte y de la Actividad Físca (Universidad de A Coruña -UDC)
- Técnico Superior en Animación y Actividades Físico-Deportivas (TSAAFD)
- Entrenador de fútbol y balonmano nivel 1,Socorrista Bandera Azul, Monitor de Tiempo Libre...etc.

EXPERIENCIA DEPORTIVA
- Boxeador aficionado y ayudante en la Escuela de Boxeo AztecaBox (A Coruña)
- Triatleta aficionado de larga distancia
- Ex-futbolista y practicante de todo tipo de deportes.

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