El luchador canario Juan Espino es conocido como el ''Trota'' en el mundo de los deportes de contacto porque se define a sí mismo como un 'trotamundos'. Lleva media vida viajando de país en país para enfrentarse a los mejores púgiles del mundo en distintas modalidades: puntal en Gran Canaria, figura en Senegal, campeón en Europa, luchador en Corea, personaje en Brasil, y sobre todo hombre del deporte de combate.

Desde sus orígenes en la Lucha Canaria como puntal A, ha realizado el tránsito 'logico' al grappling (una variante luchística en la que no hay golpes), que ha asimilado las técnicas de otras disciplinas de brega, y que aspira a ser deporte olímpico en Brasil 2016. y en el que Juan Espino se proclamó Campeón del Mundo en Belgrado, en noviembre de este año, tras ganar en la final al norteamericano Kelly A.

El "Trota" no para: asiste con frecuencia a combates de valetudo en Marruecos y Rusia y salta más allá de Europa para residir medio año en Brasil para adquirir la enseñanza del Jiu-Jitsu Brasileño en origen en uno de los mejores centros de enseñanza en Río de Janeiro. También ha hecho sus pinitos en las luchas celtas en diversos campeonatos de Europa, tanto en lucha escocesa o back hold, como en bretona o gourien, como en la leonesa. Por el continente asiático ha probado fortuna en Corea del Sur, donde residió 2 meses en 2003 para inciarse en la lucha local, ssirum y también con el Muay Thai.

El empeño de este trotamundos para convertirse en un luchador universal termina conduciéndole al MMA en el que pronto se hace con el trono europeo y ahora, finalmente, se proclama Campeon del Mundo a los puntos en el Mundial de la Federación Internacional de Luchas (FILA) que se desarrolló en la ciudad canadiense de London.

La Lucha Canaria me permite competir todas las semanas y esa es para mí una de las claves en las finales. Siempre llego con un ritmo superior de competiciones y eso ayuda; pero tampoco es determinante. No empecé ayer con esto, llevo ya 13 años con estas modalidades y ojalá que haya más canarios que puedan competir conmigo en estos Campeonatos del Mundo, me encantaría, pero no basta solo con lo nuestro. Se requiere más fuerza, explosividad, velocidad y unos conocimientos distintos, algo de suerte. Mucho de todo